Historia

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Recuperamos la receta original con respeto, sabor y el alma del Mediterráneo.

En el corazón de la Costa del Garraf, donde el Mediterráneo acaricia las orillas con su brisa salada, nació una delicia tan ligera y efímera como la espuma del mar: les Escumes de Sitges. Estas galletas, hechas con almendras y siglos de tradición, no solo son un dulce, sino un susurro de la historia del pueblo costero, una caricia del pasado que aún vive en cada bocado.

Cuenta en el pueblo, que inspirados por las olas que se deshacían suavemente en la arena, sus habitantes quisieron crear un postre que transmitiera esa misma sensación de ternura y fugacidad. Así nacieron les Escumes de Sitges —llamadas así por su parecido con la espuma del mar—, que se deshacen en la boca como las olas lo hacen en la orilla.

Con el paso del tiempo, estas galletas se convirtieron en símbolo de Sitges. No había fiesta, encuentro o sobremesa que no terminara con una Escume acompañada de una copa de malvasía como dicta la tradición. Y por ello, hoy forman parte del patrimonio inmaterial de Sitges y Cataluña: no solo por su sabor, sino por lo que representan.

Regalar Escumes de Sitges, es como regalar un pedacito de Sitges: la brisa, el sol, el mar, y la calidez de un pueblo que vive al ritmo de las olas. Es un gesto dulce y delicado para decirle a tus seres queridos: “Estuviste en mis pensamientos mientras caminaba junto al mar.”

Y como la espuma que desaparece en la playa, las Escumes de Sitges son fugaces, pero inolvidables.